martes, 20 de noviembre de 2012

Parcial II: Andrea Domínguez, Juan David Gómez y Lorena Rodríguez



Strategy as Simulacra? A Radical Reflexive Look at Discipline and Practice of Strategy


El documento que se presenta a continuación fue escrito por Gina Grandy y Albert J. Mills donde se pretende conocer si la gerencia estratégica ha considerado el tercer orden del simulacro y responder al interrogante sobre si la gerencia estratégica es un modelo de simulación donde la realidad ha sido remplazada por la hiperrealidad. El propósito anterior se realiza mediante la revisión de la literatura sobre el trabajo de Baudrillard. El documento original realiza dicho análisis debido a la importancia de la gerencia estratégica en la enseñanza sobre negocios y su práctica. De esta manera se ha concebido la gerencia estratégica como complejas interrelaciones que son logradas mediante modelos simples.

En este documento se mostrará que el privilegio de la gerencia estratégica y la racionalidad tienen gran parte que ver con el proceso de simplificación, simulación y modelación. Además, a través del intento de explorar la estrategia como un simulacro de tercer orden que se adoptará una mirada crítica que permitirá cuestionar la aceptación de la gerencia estratégica como una herramienta importante para la resolución de problemas.

Teniendo en cuenta que el término estrategia tiene una posición privilegiada en la teoría sobre la gerencia y su práctica, se presenta como un pensamiento racional que incorpora la lógica, planeación, monitoreo, técnica y liderazgo. También, dicho pensamiento estratégico se ha concebido como la llave para el éxito organizacional y el liderazgo efectivo. Por otro lado, estrategia se puede definir como algo que la organización necesita para ganar o para establecer su legitimidad en un mundo tan competitivo.

Sin embargo, a pesar de las diferentes definiciones que se tengan sobre estratégica, es notable que el concepto de estrategia es sabiduría aceptada, un fenómeno que no se cuestiona y que hace parte de la identidad de los gerentes. También, la naturaleza hegemónica de la estrategia como una disciplina capaz de resolver problemas en una organización prevalece en la literatura y en la práctica de la gerencia estratégica. De otro modo, se puede concebir la gerencia estratégica como una forma de dominación donde la sabiduría aceptada se ha concentrado en racionalizar las ideas de los gerentes y en cómo hacer estrategia.

Para dar inicio a la revisión del trabajo de Baudrillard se debe hacer la distinción entre reflexión y reflexibilidad. Primero, la reflexión involucra la exploración de conceptos de manera que se presenten diferentes perspectivas de dichos conceptos. Por otro lado, la reflexibilidad representa un acercamiento crítico que problematiza la entidad base de estudio. Así, la reflexibilidad hace una invitación a ser críticos de las suposiciones propias. Más allá, la reflexibilidad radical es una segunda forma de reflexibilidad que desafía lo natural mediante la problematización de las bases y la reproducción de fenómeno. Es mediante la reflexibilidad radical que la aceptación de la estrategia como un discurso puede ser explorada. Así, esta exploración pretende distorsionar los límites externos de la gerencia estratégica mediante la simulación y el simulacro de Baudrillard.

La simulación puede ser descrita como la generación de la realidad mediante modelos sin un origina o una realidad; una hiperrealidad. En la simulación, los objetos no tienen un claro y definido origen de manera que es imposible de distinguir entre lo que es real y lo que es una muestra. La simulación de constituye de cuatro fases. En la primera, se incorporan imágenes como representaciones. En la siguiente etapa se enmascara la realidad en dicha representación. En la tercera etapa se enmascara la ausencia de realidad en la representación. De modo que en la última etapa las imágenes no tienen ninguna relación con la realidad y la entidad se ha convertido en un simulacro.

En su trabajo Baudrillard describe tres órdenes de simulacro. El simulacro de primer orden es un simulacro natural, donde representaciones imperfectas reflejan la realidad básica. Estas imágenes son optimistas y pretenden reconstruir lo ideal. El simulacro de segundo orden es un simulacro productivo que se basa en la energía y la fuerza. Su meta es una aplicación global mediante la producción masiva de copias en la cual la reproducción reemplaza lo falsificado. El simulacro de tercer orden es un modelo de simulación, n este caso se obtiene la circulación del modelo, donde no se puede diferenciar lo real de lo irreal.

Para este estudio, los conceptos de simulación y simulacro pueden ser usados para desarrollar un discurso radicalmente reflexivo sobre la estrategia con el fin de irrumpir en aquellos discursos que consideran la estrategia como natural y progresiva.

Por ejemplo, el mundo organizacional es considerado como un simulacro de primer orden ya que hace referencia a una representación imperfecta debido a que sus presentaciones difieren totalmente del mundo natural. Por otro lado, la matriz DOFA es un simulacro de segundo orden ya que se distorsiona la entidad dada la simplificación.

Los simulacros de tercer orden están totalmente dentro de la simulación. Así es como la estrategia se ha transformado en algo universal, ya que la aceptación, su no cuestionamiento  y su significancia enmascaran la ausencia de realidad. De esta manera el simulacro trata de no parecerse a la realidad. Otros simulacros de tercer orden son las misiones estratégicas y el liderazgo estratégico.

Se ha concluido que las misiones estratégicas son interpretadas de diferentes maneras por diferentes organizaciones, lo que provoca que sean interpretadas de diferentes maneras por diferentes organizaciones, y el propósito sea confuso y genere interrogantes. Sin embargo, a pesar de esto y de dichas inconsistencias, las misiones estratégicas existan como una verdad incuestionable. El liderazgo estratégico define poderes sobrehumanos sin problematizar y subrayar supuestos y límites de dicha verdad. De acuerdo a lo anterior es como surge el interrogante sobre cómo el concepto de estrategia es aceptado y no cuestionado como un fenómeno que hace parte de la identidad de los gerentes y trabajadores.

En un simulacro de tercer orden es imposible apartar el proceso de lo real o probar lo real. De acuerdo a lo anterior la gerencia estratégica se ha convertido en una hiperrealidad.

Finalmente, al analizar la estrategia desde una óptica diferente se presenta un cuestionamiento sobre su hegemonía como una herramienta para los problemas organizacionales. Es mediante la exploración de la estrategia como un simulacro que se anticipa y se invita a todos los que están envueltos en la circularidad del modelo para irrumpir la aceptación mundana de la estrategia como algo natural.

Video.

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