Strategy as Simulacra? A Radical Reflexive Look
at Discipline and Practice of Strategy
El documento que se
presenta a continuación fue escrito por Gina Grandy y Albert J. Mills donde se
pretende conocer si la gerencia estratégica ha considerado el tercer orden del
simulacro y responder al interrogante sobre si la gerencia estratégica es un
modelo de simulación donde la realidad ha sido remplazada por la hiperrealidad.
El propósito anterior se realiza mediante la revisión de la literatura sobre el
trabajo de Baudrillard. El documento original realiza dicho análisis debido a
la importancia de la gerencia estratégica en la enseñanza sobre negocios y su
práctica. De esta manera se ha concebido la gerencia estratégica como complejas
interrelaciones que son logradas mediante modelos simples.
En este documento
se mostrará que el privilegio de la gerencia estratégica y la racionalidad
tienen gran parte que ver con el proceso de simplificación, simulación y
modelación. Además, a través del intento de explorar la estrategia como un
simulacro de tercer orden que se adoptará una mirada crítica que permitirá
cuestionar la aceptación de la gerencia estratégica como una herramienta
importante para la resolución de problemas.
Teniendo en cuenta
que el término estrategia tiene una posición privilegiada en la teoría sobre la
gerencia y su práctica, se presenta como un pensamiento racional que incorpora
la lógica, planeación, monitoreo, técnica y liderazgo. También, dicho
pensamiento estratégico se ha concebido como la llave para el éxito
organizacional y el liderazgo efectivo. Por otro lado, estrategia se puede
definir como algo que la organización necesita para ganar o para establecer su
legitimidad en un mundo tan competitivo.
Sin embargo, a
pesar de las diferentes definiciones que se tengan sobre estratégica, es
notable que el concepto de estrategia es sabiduría aceptada, un fenómeno que no
se cuestiona y que hace parte de la identidad de los gerentes. También, la
naturaleza hegemónica de la estrategia como una disciplina capaz de resolver
problemas en una organización prevalece en la literatura y en la práctica de la
gerencia estratégica. De otro modo, se puede concebir la gerencia estratégica
como una forma de dominación donde la sabiduría aceptada se ha concentrado en
racionalizar las ideas de los gerentes y en cómo hacer estrategia.
Para dar inicio a
la revisión del trabajo de Baudrillard se debe hacer la distinción entre
reflexión y reflexibilidad. Primero, la reflexión involucra la exploración de
conceptos de manera que se presenten diferentes perspectivas de dichos
conceptos. Por otro lado, la reflexibilidad representa un acercamiento crítico
que problematiza la entidad base de estudio. Así, la reflexibilidad hace una
invitación a ser críticos de las suposiciones propias. Más allá, la
reflexibilidad radical es una segunda forma de reflexibilidad que desafía lo
natural mediante la problematización de las bases y la reproducción de
fenómeno. Es mediante la reflexibilidad radical que la aceptación de la
estrategia como un discurso puede ser explorada. Así, esta exploración pretende
distorsionar los límites externos de la gerencia estratégica mediante la
simulación y el simulacro de Baudrillard.
La simulación puede
ser descrita como la generación de la realidad mediante modelos sin un origina
o una realidad; una hiperrealidad. En la simulación, los objetos no tienen un
claro y definido origen de manera que es imposible de distinguir entre lo que
es real y lo que es una muestra. La simulación de constituye de cuatro fases.
En la primera, se incorporan imágenes como representaciones. En la siguiente etapa
se enmascara la realidad en dicha representación. En la tercera etapa se
enmascara la ausencia de realidad en la representación. De modo que en la
última etapa las imágenes no tienen ninguna relación con la realidad y la
entidad se ha convertido en un simulacro.
En su trabajo
Baudrillard describe tres órdenes de simulacro. El simulacro de primer orden es
un simulacro natural, donde representaciones imperfectas reflejan la realidad
básica. Estas imágenes son optimistas y pretenden reconstruir lo ideal. El
simulacro de segundo orden es un simulacro productivo que se basa en la energía
y la fuerza. Su meta es una aplicación global mediante la producción masiva de
copias en la cual la reproducción reemplaza lo falsificado. El simulacro de
tercer orden es un modelo de simulación, n este caso se obtiene la circulación
del modelo, donde no se puede diferenciar lo real de lo irreal.
Para este estudio,
los conceptos de simulación y simulacro pueden ser usados para desarrollar un
discurso radicalmente reflexivo sobre la estrategia con el fin de irrumpir en
aquellos discursos que consideran la estrategia como natural y progresiva.
Por ejemplo, el
mundo organizacional es considerado como un simulacro de primer orden ya que
hace referencia a una representación imperfecta debido a que sus presentaciones
difieren totalmente del mundo natural. Por otro lado, la matriz DOFA es un
simulacro de segundo orden ya que se distorsiona la entidad dada la simplificación.
Los simulacros de
tercer orden están totalmente dentro de la simulación. Así es como la
estrategia se ha transformado en algo universal, ya que la aceptación, su no cuestionamiento y su significancia enmascaran la ausencia de
realidad. De esta manera el simulacro trata de no parecerse a la realidad.
Otros simulacros de tercer orden son las misiones estratégicas y el liderazgo
estratégico.
Se ha concluido que
las misiones estratégicas son interpretadas de diferentes maneras por
diferentes organizaciones, lo que provoca que sean interpretadas de diferentes
maneras por diferentes organizaciones, y el propósito sea confuso y genere
interrogantes. Sin embargo, a pesar de esto y de dichas inconsistencias, las
misiones estratégicas existan como una verdad incuestionable. El liderazgo
estratégico define poderes sobrehumanos sin problematizar y subrayar supuestos
y límites de dicha verdad. De acuerdo a lo anterior es como surge el
interrogante sobre cómo el concepto de estrategia es aceptado y no cuestionado como
un fenómeno que hace parte de la identidad de los gerentes y trabajadores.
En un simulacro de
tercer orden es imposible apartar el proceso de lo real o probar lo real. De
acuerdo a lo anterior la gerencia estratégica se ha convertido en una
hiperrealidad.
Finalmente, al
analizar la estrategia desde una óptica diferente se presenta un
cuestionamiento sobre su hegemonía como una herramienta para los problemas
organizacionales. Es mediante la exploración de la estrategia como un simulacro
que se anticipa y se invita a todos los que están envueltos en la circularidad
del modelo para irrumpir la aceptación mundana de la estrategia como algo
natural.
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